Trauma: De todos modos… ¿qué tiene que ver el nervio vago conmigo?

Está ocurriendo de nuevo, la presión en el pecho y el cuerpo, el corazón acelerado, el dolor de estómago, la dificultad para controlar los pensamientos y las emociones, y la sensación de altos niveles de estrés que afectan el cuerpo. Éstos síntomas pueden desencadenarse por una fecha del calendario que se acerca rápidamente, una conversación, un olor, un lugar, un sonido, una estación, una canción o cualquier cosa que traiga a la superficie ese recuerdo del trauma pasado. Pero, ¿qué tiene que ver conmigo el nervio vago?

La Asociación Estadounidense de Psicología define el trauma como, “una respuesta emocional a un evento terrible como un accidente, una violación o un desastre natural. Inmediatamente después del evento, la conmoción y la negación son típicas. Las reacciones a más largo plazo incluyen emociones impredecibles, recuerdos sin control, relaciones tensas e incluso síntomas físicos como dolores de cabeza o náuseas”. El trauma hace que el cuerpo experimente la respuesta de lucha, huida o congelación, ésta respuesta nos ayuda a sobrevivir al evento traumático, pero no ayuda a sanar el daño causado.

El nervio vago, ayuda en funciones corporales como la digestión, la frecuencia cardíaca, la presión arterial y mantiene el cuerpo en un estado de equilibrio u homeostasis. El cuerpo desarrolla el hábito de responder al trauma como una amenaza de vida o muerte y necesita estímulos menos intensos para desencadenar una reacción a medida que pasa el tiempo. El cuerpo se aferra al trauma y hace que la energía se atasque en el nervio vago. Entonces, en lugar de estar en un estado de equilibrio, estamos bajo niveles de estrés crónico que están dañando nuestra salud, afectándonos y perjudicando a los que están a nuestro alrededor.

El nervio vago se puede restablecer y el cuerpo puede volver al estado de homeostasis. Parte del reinicio, es estar consciente de sí mismo, y saber cuándo no está en equilibrio. Los síntomas de que estamos sobrecargados son: náuseas crónicas, pérdida o aumento de peso, problemas cardíacos, depresión, ansiedad, inflamación crónica, fatiga crónica, acidez estomacal, mareos o desmayos. La clave para restablecer el nervio vago es reprogramar el cuerpo y enseñarle nuevamente cómo se siente vivir en seguridad y calma luego de que esos sentimientos  fueran robados por experimentar el trauma.

Vivir un trauma generalmente silencia la voz del individuo, por lo que para curar el nervio vago se necesita de varias técnicas para despertar esa voz. Algunas de estas técnicas incluyen: respiración,  cantar, el tararear, reír, masaje, yoga, meditación y el enjuague de la cara con agua fría. El ser parte de la sociedad es importante para las personas, cuando la relación aporta una sensación de seguridad y conexión a su vida. Para curar el trauma se requiere: expresar, procesar y liberarse del sentimiento, lo que puede suceder cuando se asiste a terapia.

Ayude a que su nervio vago sane, enfrentándose al trauma y dejando los sentimientos en el pasado.

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